Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

15 octubre, 2007

HOMENAJE DEL IMAGINARIO

En todas las culturas existe un personaje que se usa para asustarnos cuando somos pequeños y hacernos retractarnos de algunas de nuestras pueriles decisiones, en mi pueblo, como no, existe ese extraño y torvo personaje, el llamado Tío Saín.

En el imaginario popular aguileño está clavado desde tiempos inmemoriales la oscura figura de un hombre que viene a por los niñitos que no son buenos y no se van a la cama a su debido tiempo o no se comen las ricas viandas que su madre ha preparado con tanto esmero. Este personaje sería algo así como un hombre del saco.

Todavía recuerdo con cariño cómo mi abuela me lo mentaba a ciertas horas para que me acostara a su lado y no la dejara dormir sola, el agradable olor a colonia que desprendía su cuerpo unido al miedo hacia el Tío Saín, hacían que mi sueño fuera plácido, me sentía seguro a su lado, sabía que nada podía pasarme. Si me desvelaba en mitad de mis remotos sueños me abrazaba a mi abuela y respiraba profundamente, el sudor que perlaba mis sienes desaparecía y mi corazón dejaba de zozobrar, su presencia era salvadora.

Cada vez que recuerdo todo esto me doy cuenta de la importancia de mi abuela en mi vida, recuerdo los disgustos que a veces le he hecho pasar y me prometo ir a verla siempre que pueda, pues todavía es mi abuela, una persona mayor a la que nunca olvidaré y que, por supuesto, no merece ser olvidada.



Actualización:

Resulta que haciendo un crucigrama me ha salido una definición que no conocía pero por el arte ese de resolver las definiciones colindantes he averiguado el enigma y he deducido, ante mi más absoluto asombro, que el vocablo en cuestión era saín. Ipso facto voy al diccionario y me encuentro ante esto:

saín.

(Del lat. vulg. *sagīnum, y este del lat. sagīna; cf. fr. ant. saïn y prov. sa[g]in).

1. m. Grosura de un animal.

2. m. Aceite extraído de la gordura de algunos peces y cetáceos.

3. m. Grasa que con el uso suele mostrarse en los paños, sombreros y otras cosas.



Casualidades haberlas, haylas.


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4 comentarios:

  1. ¿Puedes creerte que no hace mucho estuve a punto de escribir una entrada sobre el famoso (al menos en Murcia) Tío Saín?

    Al igual que para ti mi asombro fue enorme al saber que el saín es la grasa corporal. Lo descubrí leyendo una novela española escrita en castellano antiguo (¿El Quijote, quizá?). Quizá sepas que en otras partes se habla del Sacamantecas, que es nuestro Tío Saín. Fíjate en la evidente relación entre la manteca y el saín. En la tradición popular ambos personajes secuestran a niños para extraer su grasa.

    El Hombre del Saco es el mismo, de hecho he leído algo donde se manifiesta que el Hombre del Saco va secuestrando a niños, que mete en el saco, con la finalidad de llevárselos a un lugar donde les extrae la grasa.

    (Y otras tontas pagando por una liposucción...)

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  2. Ya ves tú que cosas, descubriendo que más casualidades hoy, ahora resulta que planesate un post sobre este personaje famoso. A ver si te animas y lo escribes.

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  3. Bienvenidos al refranero moratallero, en esta primera entrega sobre la cultura popular de Moratalla (Moratalla, municipio español perteneciente a la Región de Murcia. Está situado en el valle del río Benamor, a 97 km al noroeste de la capital provincial) hablaré de el equivalente moratallero al Tío Saín aguileño, el Tío Camuñas. Según las madres y abuelas del lugar, este hombre se lleva a los niños que no quieren hacer cualquier cosa que su madre, padre, abuela o abuelo quieran que haga. Vamos, que hace la misma función que el hombre del saco, el coco, y todos esos personajes productores de traumas infantiles.
    Indagando en la historia de España he sabido que el verdadero Tío Camuñas se llamaba Francisco Sánchez Fernández y fue un famoso guerrillero en territorio manchego. Nació el 11 de septiembre de 1762 en Camuñas (Toledo). Fue un hombre que participó en la guerra de la independencia, luchando contra los franceses, que al grito "que viene el tío Camuñas" salían corriendo de miedo. (Viene en la revista CNR del mes de febrero).

    Como todos los asustaniños peninsulares, este personaje es una especie de hombre que se esconde para castigar a niños desobedientes, lo que demuestra que el hombre es el monstruo que más miedo da.

    En la actualidad, la televisión, el cine, los videojuegos y demás entretenimientos han hecho que los niños estén más que acostumbrados a personajes terroríficos, no les producen ningún miedo.

    Esperando el próximo nombre del Tío Camuñas del siglo XXI me despido hasta otra nueva entrega del REFRANERO MORATALLERO.

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  4. Sobre Francisquete o El tío Camuñas (porque era natural de ese pueblo manchego) existe una leyenda pero antes que eso era un asustaniños. Fue un guerrillero que luchó contra los franceses. Aquí podeis leer su historia.

    http://rapidshare.com/files/133568709/El_Tio_Camunas._Guerrillero_de_leyenda.pdf.html

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Un comentario puede hacer que este pobre mujik tome aire y se decida a escribir de nuevo ante el inusitado clamor popular.