Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

28 noviembre, 2007

TRIBUTOS JAPONESES

Hace no mucho tiempo terminé de ver, con pasmosa fruición, un anime que me dejó gratamente sorprendido y mentalmente activo. Conseguí verlo por internet, sin tener que bajarme nada en Sinlamula aunque creo que ya no se puede. Bien, el anime en concreto fue Death Note y, como supongo que es conocido por la mayoría de la gente (quien no lo conozca está conminado a verlo o leerlo), no es mi intención dar la brasa con argumentos ni hacer la crítica ni realizar una pequeña exégesis.

A lo que vamos. Uno de los muchísimos aspectos que logró llamar mi atención fue, sin duda alguna, la música (a partir del capítulo diez o así) que ornaba su apertura y su final. Esa música totalmente desquiciante en ocasiones y emotiva (emo) a la postre me hizo aventurarme a la busca y captura de aquel grupo de música que tocaba semejantes melodías. Mi camino terminó plácidamente y el susodicho grupo acabó en mi Ipod siendo uno de los más escuchados.

Señoras y señores, con ustedes Maximum The Hormone:













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