Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

25 noviembre, 2012

CASA RETOMADA

Sentado tranquilamente en el sofá, ahogando el cigarro en el cenicero, sigue mirando la foto de Irene. La echa de menos de más, todavía recuerda cómo vivía con su querida hermana, cómo hacían todo juntos en otro relato, la tranquilidad y la paz del que se sabe inútil les había unido. Alguna vez añora las cálidas piernas de ella, las noches sin dormir, su olor.

Enciende otro cigarrillo, está sereno y oye ruido en la cocina. Se extraña pero mantiene fija la mirada en  la foto, luego, ordena algunos sellos españoles que ya no valen nada para nadie. Sí para él.
El ruido crece.
Se levanta despacio, con asco, y se dirige a la cocina pero una vez allí no entra, se queda en la puerta. Los recuerdos le trepanan los sesos. Coge el pomo de la puerta y la cierra suavemente, sin hacer ruido para no molestar, para seguir haciendo sus cosas. Se sienta en el sofá y apura la última calada del pitillo.

Se duerme con ceniza sobre el regazo. Se despierta, al alba, mira alrededor, confuso, con baba en las comisuras y regusto a fuego en la garganta.
Se incorpora, es mediodía, y mira la foto de Irene, adusto, duro. Distante.

Recoge las cosas y mete algunas en cajas, mira los sellos y los deja sobre la mesa. Se sienta en el sofá, lo único que queda en el salón, lo único que es suyo para encender un cigarrillo y escucha otro ruido, diferente al que oyó mucho tiempo atrás. Proviene de la habitación de Irene. Masculla palabras de desidia pero se levanta, indeciso, anda, se acerca dónde antes dormía su amada hermana, el ruido es confuso, agarra la puerta y la cierra.

Pensativo vuelve al desierto para limpiar el polvo que ya no es suyo.

Avanza hasta las cartas prefilatélicas para meterlas en una de las cajas. No merecen la pena. Se sienta en el suelo y enciende un cigarrillo. Ahora mira hacia el sofá pero ya no es el mismo, es otro. No es suyo. El humo empequeñece sus ojos. Los cierra y se duerme.

Mira el reloj a medianoche, tiene frío y se levanta del suelo, se queda pensativo, de pie. Guarda los libros en cajas, entre penumbras y mira a Irene. Se enciende un pitillo, sin ganas pero con ansia. Amanece. Un fuerte ruido avanza hacia el salón y lo entiende.

Recoge el antiguo reloj, bonito, de ficción, y mira a Irene. Una sonrisa, imperceptible, de conformidad recorre sus labios. Recoge la chaqueta y se la pone. Se dirige hacia la puerta de entrada, el ruido se acerca. La abre, no mira hacia atrás, su mano derecha coge el pomo, de espaldas, y la cierra. Anda y no piensa, eso ya no vale para nada mientras se maldice. Tira la llave a una pequeña abertura de una alcantarilla esperando a que nadie realquilara una casa tomada.

Nunca más volverá a firmar hipotecas.






*Del maestro se aprende, al maestro se homenajea: Casa tomada.


18 noviembre, 2012

DE PAYASOS


Mamá, yo no puedo ser artista y, al igual que los psicólogos, hay demasiados y el dinero escasea.




La pregunta es obligada.
 ¿Cómo están ustedes?
La respuesta es necesaria.
Jodidos de la hostia.
Sed un poco más payasos.
Amén.

P.S.


11 noviembre, 2012

INDIFERENCIA


Y el niño miró a la derecha, con sonrisa sardónica, los ojos clavados a los de su padre, fijos, muy fijos, buscando el significado del mundo.

Papá deja el papel a su hijo, como distraído, queriendo sentir la comunión entre el Real Madrid y el alma. Papá deja un lápiz a su hijo, queriendo soltar los quehaceres inherentes a la palabra padre:

 - Toma Javi, a pintar.

El niño comienza a dibujar todo lo que la mente de un niño puede captar de un mundo limitado: un "guaguau" de formas inseguras, un papá de abstractas formas o todo aquello que, en vano, intenta atraer la atención de aquél que se aliena ante la magnificencia del 4-4-2.

Tras 45 minutos de anodino fútbol, un padre debe ejercer como tal.
Mira a su hijo, que ansía la complicidad con su papá, arrebata el lápiz al niño y dibuja un gran moco al monigote que se dedicaba a ser padre. Riéndose, a carcajadas, mira a su hijo.

El niño. Mira a su padre, con cara de asombro innata, atávica.

Mientras él dibujaba su realidad su padre le mostró otro mundo, hay más mundos. En este mundo existe la maldad y la risa, nos alejamos del ideal de la casa con manzano y el sol de redondas proporciones, lo repugnante crea la felicidad, lo inocuo no nos remueve las entrañas, nos hace pasar inadvertidos.

El niño pide el lápiz al padre. Dibuja una caca muy grande, de proporciones hercúleas, debajo de "monigote con moco", siguiendo poco o muy poco algún canon de proporciones o profundidad.

Y el niño miró a la derecha, con sonrisa sardónica, los ojos clavados a los de su padre, fijos, muy fijos, buscando el significado del mundo.

Risas.

La risa paterna le vincula eternamente con el mal mientras la indiferencia escupe de nuevo al niño expectante de amor (con forma de corazón anatómicamente distante) en favor de otros 45 minutos de balompié.









26 noviembre, 2011

NO INTENTE HACER ESTO EN CASA

En una Junta cualquiera, por la mañana, un pleno movido, en cualquier sitio de cualquier cualquier:

- ¡ Un poco de orden, por favor! Paguen sus impuestos que yo, yo, me tengo que ir de putas. Un poco de premura y comprensión, ¡joder!


- fuente:
http://www.elpais.com/articulo/espana/Dimite/cargo/PSOE/andaluz/acusado/gastar/4000/euros/burdel/elpepiesp/20111126elpepinac_11/Tes


Relación de casas de lenocinio que recuerdo (no que regento), de ésas plenas de neones que atraen como atrae una Fender Stratocaster a Eric Clapton:

  • El Hoyo 19
  • Babaloo
  • El cuerpo del deseo
  • La Pascana
  • Disco Pub Los Conejos (creo que J me dice que no es un puticlub pero el nombre lo merece)
  • El Gamborio

22 noviembre, 2011

MEDIO OCRES

¿De qué tengo miedo? ¿No quedamos en que somos disipación? 
Tengo miedo a la disipación y no tengo miedo a la famosa Prima ésa que subyuga, esa prima peligrosa que es peor que Damocles y su espada, una prima que la llaman de riesgo cuando debieran no llamarla. Esta Europa no la conozco, esta Europa que se ha tornado (poco a poco y sin pausa) en un infierno gris y despersonalizado, un paraíso de la técnica, un paraíso para la nada, una laguna estigia en la que flota una barca con un banquero; ya no puedo viajar y morir en paz porque ahora me piden tres óbolos y yo, no sólo no tengo dos sino que debo seis. En la orilla veo lo lejos que queda Siberia, aquel infierno emancipatorio, esclarecedor, un ergástulo personal alejado de la historia con mayúsculas. El descanso es menos descanso en el Aqueronte.

Y ahora oteamos y ya observamos a aquellos que quieren salvarnos mediante la orden y el fanatismo, alejándose de toda característica de humanidad, de cercanía, de leña crepitando en la hoguera; alejándose del amor y alejándose de lo diario.

Y ha historia, dicen, que manifiesta su esencia a quien antes ha excluido, a quien ha visto el infierno en la mediocridad de la normalidad, en el término medio. En la vida. En la muerte.

Qué tiempos nos esperan. Es hora de ir volviendo.

02 julio, 2011

ROAD MOVIE FROM AQUÍ

Viven los bastos espartos tras los vastos campos de esta vida que me sale gris y algún día pensé que era blanca, lechosa; ahora, que, rayando los treinta, no me puedo beber un gin tonic y fumarme un mísero cigarro sin que el corazón se me acelere y el estómago me haga regurgitar a la mañana siguiente un eructo de desaprobación hacia mi adolescencia excesiva.

*


Y ahora estoy huyendo por esta carretera con fin, como en el final de aquella película de Rob Zombie, con los Lynyrd Skynyrd a cuestas, sabiendo que me van a tirotear al final del camino, que me están buscando porque si me buscan es que algo quieren, que algo he hecho. Y yo creo que no he hecho nada, sólo sudar (puto verano), mas no sé si más es menos cuando en realidad menos es mi aspiración, mi meta(física).

¿Me he aburrido ya? ¿Es verdad que ya no lo quiero intentar más? Estoy perdiendo a mis amigos, como decían Brand New y ya parece que me da igual porque tiendo a simplificar mi vida porque no entiendo que no salir en la Wikipedia no sea factible, la realidad ha cambiado y sólo sé que el lenguaje es la mayor mentira de todas, gracias a Lanthimos, gracias Kez, gracias Friedrich y gracias José Luis, en especial a ti, por meterle la mano en el culo a un cuervo y tenerle miedo a Monchito.

Y es que puede que huir por carreteras secundarias como ésta no sea realmente huir sino empezar de nuevo bajo nuevo sino, si no, por qué miras esas nubes y las embebes cuando sabes que el sol espejea detrás, quizá haya después, después de todo. Me tomaré un gin tonic despúes de lavarme los dientes con Listerine, así se sufre, así se vive por aquí. El único remedio es encontrar una buena venta tras los cardos y que se quiten de en medio esos putos moteles ruinosos que venden la deshumanización de lo humano, que atisban lo salvaje que tenemos dentro, el sueño americano... ¡bah!... todo mierda, mejor encontrar una venta a ras de asfalto y comerme unos huevos fritos y un plato de jamón.





*Aclaraciones y gracias que doy:  Muchas gracias a Alex Abián por compartir y dejarme esta foto con la que acordamos inspiración y una pequeña entrada en este blog. Espero que me deje más fotos en primicia y poder encontrar la tan ansiada inspiración entre los millones de píxeles de su cámara, yo por cierto, uso una Nikon D80, no me da el presupuesto para más. 
Para todo aquel interesado al que le haya gustado mucho más la fotografía que el texto (y viceversa) dejo aquí todos los enlaces de lo relacionado con su trabajo:

Personal Website: http://www.alexabian.com
Blog: http://www.alexabian.com/blog
Facebook: https://www.facebook.com/AlexAbian
Twitter: http://twitter.com/#!/AlexNoLogo

28 marzo, 2011

LA PERSISTENCIA DEL ANUNCIO

- Ya era era, cojoncicos.

- Joder, ya estamos. Que ya te he dicho que soy un puto filólogo en paro, buscando cursos como un loco que me puedan dar una semana más de ilusión, que trabaja de peón con un colega cuando ni siquiera sabía lo que era una bovedilla o hacer cemento (masa en el argot) y no cobra más que lo que se saca en fines de semana esporádicos tras la barra de noches de alcohol. ¡Cómo coño quieres que escriba más asiduamente! ¡Ehh! ¡Dime!

- ¡Y yo que sé subnormal de mierda! A ver estudiao más.

- A que me cagóntoloquesemenea. Pareces mi madre en obscura comandita con mi padre. (risas) Por cierto, por lo que me dijiste del anuncio ese, este fin de semana bajé por el pueblo, y en mi casa, mi madre llegó de la farmacia y fui a coger las pastillas para la alergia ésta que me mata cuando al frío le da por irse y para mi infausta sorpresa, encontré entre frenadoles y zyrtecs una botella de Chilly Gel. Pasmado me hallo con mis pastillitas en la mano, sosteniendo la mirada a mi madre, sabiendo que ha dejado de lado su dermovagisil clásico y trágico a la vez. Se ha dejado convencer por esos publicistas que han urdido planes que subliman las películas de Esteso y Pajares, aquéllos que dejan entrever la sensualidad de una muchacha  que habla en playback (es imposible que esa última frase mítica la diga esa tía que no deja de sonreír aunque tenga que decir un guión) y juegan cual homo fabers con el nombre del gel para que, mezclado con un muchachica y con un speech directo, vaya derecho al cerebro de un hijo.

- ¿Pero has oído lo que dice la tía?

- Pues dice algo así como que en la más intimo quiere chili, ¿no? y, esto, mezclado con mi madre, pues, joder, no me sabe bien, no veo a mi madre diciendo eso, imaginando que quiere fuego en el coño. Es que, ¡hostias!, menudo nombre para un gel íntimo. Claro y yo estoy allí pensando en el anuncio, en si mi madre lo ha visto y así poder echar unas risas con ella, alegremente, rompiendo la tensión, mi tensión absurda, creada por la visión de un anuncio. He vinculado un nombre como otro de un producto con una frase del demonio que me está matando. (risas).
Si es que esto italianos...