Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

28 junio, 2007

1984 EN BARCELONA

Sin duda estamos en una sociedad fuertemente vigilada en la que parecemos sentirnos contentos y seguros, para colmo, a la gente le gusta disfrutar, por unos meses nada más, eso si, de vigilancia las 24 horas del día; pero no una vigilancia cualquiera, no, sino una que sea seguida por millones de personas con la capacidad para luego opinar de si esto o lo otro está mal o bien hecho, de si esta es una puta o aquel es un cabrón (perdón), verbigratia, Gran Hermanos, Big Brothers, Islas Famósicas y demás pamemas. Somos masocas.
Todo esto está muy bien, cada uno hace lo que le place. Sin embargo, todo esto viene a colación por la foto que adjunto y me parece muy graciosa (a la par que tremenda). Juzguen ustedes.
Las kátorgas no sólo existieron en la Siberia de los trabajos forzados.


(Foto Vía Pero qué Blog)

1 comentario:

  1. Vaya con la imagen, lo que hay que ver.

    Completamente cierto lo que esta escrito "Políticamente incorrecta"

    ResponderEliminar

Un comentario puede hacer que este pobre mujik tome aire y se decida a escribir de nuevo ante el inusitado clamor popular.