PALABRA DE DIOS

Sin duda alguna, ya sea por la falta trabajo, ya sea por el poco ánimo de mover el espinazo, hay mentes inquietas pero poco brillantes que tienden a crear dentro de nuestra sociedad trabajos de nuevo cuño que le reporten un nuevo status quo ante la masa.
Dentro de este grupo de nuevos iluminados están los llamados Coolhunters (cazadores de moda o de lo que ellos consideren que es cool), personas que han de estudiar la moda que hoy llevamos para dictar sentencia, defenestrarla y augurar en un plazo de dos años lo que llevaremos puesto, eso si, siempre gracias a ellos. Increíble.
Estos personajes dicen que estudian las tendencias por la calle y que sólo un 3% de la gente de a pie es innovadora en su forma de vestir; yo digo que con tanto centro comercial y tanta ropa igual apilada en las tiendas de turno lo difícil no es ser innovador sino que lo realmente difícil es no coincidir con millones de personas.

Bien, si he denostado hasta la saciedad a aquellos personajillos que intentan sacarse la soldada a costa de las pobres gentes adivinándoles el porvenir e intentando estructurarles el devenir, por qué no voy a decir algo de estos cazadores. Su trabajo es realmente lamentable pues han de trabajar con la vista puesta dos años por delante, trabajan con lo efímero y lo intangible aunque ellos crean que su palabra es como las jaculatorias eclesiásticas que había que creer a pies juntillas respondiendo aquello de: palabra de Dios.
¿Para qué quiero yo saber que dentro de dos años se va a volver a llevar el vaquero con cintura alta? Es más, ¿cómo lo saben ellos?
No lo saben, lo imponen pues es eso lo que hace hoy día la industria de la moda, son gente endiosada que crea una forma de vestir, unas tallas y dice cómo debe de ser la mujer, el hombre o el perro de hoy día, es como un totalitarismo más en un capitalismo eclosionado.

Imagínense que le preguntan que en qué trabaja y responde de esta manera:

- ¿Qué pasa? Cuánto tiempo sin verte, te has puesto más gordo macho.

- Ya ves, es que he estado estudiando muy duro y ahora mi trabajo no me permite despistarme.

- Vaya, veo que te va bien. ¿A qué te dedicas?

- Soy Coolhunter.

- ¿Eh? ¿Qué coño es eso?



Me remito a mi anterior explicación.

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