19 marzo, 2010
HIPÓCRITA
Pensado el viernes, marzo 19, 2010 por Sensei Katorga
Mi niñez está plagada de imágenes veladas así que lo que digo no me pasó sino que lo rememoro y lo redibujo. Al crear esta infancia puedo acordarme de cómo una mañana de domingo, mis padres (yo aún era hijo único y repelentemente gilipollas) me llevaban, como no podía ser de otra manera mientras viviera mi abuelo, a eso de no perder el contacto con la consanguinea estirpe.
Yo, sin sospechar nunca aquello de que a los amigos los eliges y a los familiares te los tragas, refunfuñaba como todos los domingos y abogaba por quedarme en casa de mi otra abuela, con la que yo tenía ligazones demasiado profundas, mucho más profundas que las que me provocaban los padres de mi padre.
Creo salir de casa llorando hacia el coche, pegando berridos estridentes en la escalera y montando un auténtico espectáculo ya dentro del vehículo. Ante tanta rabia contenida, ataque de huevos lo llama él, mi padre se bajó, dejando la posición de piloto desierta, y abrió la puerta de atrás a la que yo pegaba patadas insistentemente, con fuerza. En la mano blandía su zapato. Zapato que estampó varias veces en mi lastimoso culo mientras le resbalaban lágrimas por las mejillas camino hacia su bigote.
Quizá quiso enseñarme a respetar también a sus padres pero yo me di cuenta de que aquello le había dolido a él más que a mi culo. Fue la única vez que recuerdo que me pegó mi padre, sólo esa vez, por eso la recuerdo, no me la invento, ni la disfrazo, ni la hago desaparecer de mi selectiva memoria.
Meses más tarde atropellaron a mi abuelo. Murió. Apenas me dolió y, pasando el tiempo, fui consciente de lo que había pasado, aquella persona que me quería llevar a ver a su padre no siguió intentando unir a unas personas amalgamadas por el cabeza de familia con la consiguiente pérdida de interés por mi parte, unida inexorablemente al olvido y casi total desconocimiento de todos aquellos tíos, tías, primos o primas a los que relaciono con la muerte de mi abuelo.
Nunca fui honesto, fui un zagalico hipócrita.
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Alaaá, pero qué brutico que eres, qué manera de autoflagelarte.
ResponderEliminarPues no hice yo de esas...Desde no querer darle besos a mí tía abuela tal porque ¨olía raro¨ (mal), hasta rehuir a mi tío fulano porque me pellizcaba los mofletes.
Supongo que la coincidencia entre única tunda paterna y el atropello al poco, te lo hace ver más anómalo de lo que en realidad era. Creo que todos hicimos de esas, yo por lo menos.
La verdad es que no lo recuerdo como algo grave, lo tomo como algo más en mi progresión, en mi crecimiento. Es que los burricos somos así, jeje.
ResponderEliminarEs muy sano cambiar la agenda de teléfonos a los 49. Algunos miércoles y viernes parece que medio siglo es mucho. Intentar ser lógico, positivamente reflexivo y tranquilo, ecuánime; un 19 de marzo de cualquier año, es arduo cuando menos.
ResponderEliminarUn zapatillazo a tiempo vale más que mil a destiempo. Siempre.
Hala.
PD. (Yo te absuelvo, pronovisssss)
Te ha quedao muy guapo el blog (o fururku). Yo no se ni programar el nuevo mando de la tele.
ResponderEliminar(Pocos cadáveres le cabrían en ese carretillo al huésped de la Katorga que está fotografiado en la cabecera).
¿Y quién no?
ResponderEliminarUna historia muy propia para hoy, y muy bien contada.
ResponderEliminarPero si, todos lo somos.
Necronomicón: Gracias por la absolución per saecula saeculorum. Lo del cambio de blog es sencillo, yo no soy ni informático ni ná de ná, sólo busco una plantilla y p´alante. Ese hombrecillo me vigila y me subyuga.
ResponderEliminarSuper: Eso es, sólo que a mi me apetecía desahogarme esta mañana por aquí, por eso de aliviarme.
Amor: Creo que no te ha gustado mucho el post pero gracias por decir lo de bien escrito, jeje. Lo de los días señalados lo dejo para telediarios y cosas así, no porque hoy sea el día del padre no voy a hacerle caso a mi padre el resto del año. Todos los días es día de algo con lo que sólo nos da para preocuparnos durante 24 horas, mañana ya será otro día de algo, alguien o argo. Muchas gracias por escribir.
Recuerdos... Hasta los malos sirven para algo y desde luego interesan mucho a la hora de comprender la evolución de cualquier persona. Eres el resultado de los que te acontece. Me gusta el fondo y la forma.
ResponderEliminarP: efectivamente, soy yo y mi circunstancia, que diría Ortega. Gracias por tus piropos... Jeje.
ResponderEliminarJaja! si que me gusto´! Lo que pasa es que es algo tan personal que poco mas se puede decir. Y lo de bien escrito es que me lo ha parecido de verdad, mas que el estilo el enfoque, no se, iba en serio.
ResponderEliminarY de nada, un placer.
(bien por el cambio de plantilla, mucho mejor)
Hipocresía, pero aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Todos hemo caido alguna vez... Invoco el mea-culpa.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Hiperión: Yo ya he tirado muchas piedras para ser mejor personilla. Un saludo.
ResponderEliminarYour articles are always interesting and understandable. Thank you!
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