Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

07 septiembre, 2010

LA CONFUSIÓN DE DIOS



Creo que últimamente estoy acercándome a Joseph K. e intento comprender cómo se accede a los vericuetos más inextricables de los que se compone la Ley. La Ley, ¿qué Ley?




Quizá, sólo quizá, estoy intentando acercarme al sentido de esta vida que no fue pedida por mi. Acercarme poco a poco a la luz que aclare todo sentido que no logro encontrar entre tanta distracción, encontrar el vínculo perdido y olvidado que nos une a Dios, a ese Dios que no es el dios católico, judío, árabe o la mente de Hawking sino que simplemente es la idea de que mi libre albedrío vital ha ocasionado el sentimiento de culpa en el que ahora habito. Por habitar en la ignorancia he perdido el contacto con el sentido extraño y confuso del sentido de la vida, de mi vida, todo se ha convertido en absurdo ante las puertas de la Ley, incluso la propia Ley. Dios ha muerto, es más, nunca existió en mi infancia, mucho menos en la hora del café, el cigarro y el postrer gin tonic (de Seagram´s, por favor, sin pepino, que me da asco).


Por mucho que podamos comprar tomos y tomos de leyes (nunca se me ocurriría) nunca creo que llegaré a encontrar esa Ley que nos ha sido vedada y hemos olvidado conscientemente, hemos delegado mansamente en cabezas visibles nuestros sentidos vitales para que hagan con nosotros lo que les de la real gana, que ellos interpreten y manden, que nosotros lameremos sus henchidas pollas de gloria. Hemos olvidado quién nos gobierna y han olvidado a quiénes gobiernan pero todo está bien, todo sigue igual, obedecemos sus leyes y las acatamos sin decir ni "mu", chupamos de esas leyes que desconocemos y desconocen porque realmente hemos perdido la perspectiva de la Ley. ¿Es esto la política del absurdo?


Ante estos desmanes se nos instruye y se nos domeña para acometer empresas épicas por las que no preguntamos, empresas descabelladas que aceptamos por pura apatía. Hemos perdido nuestro sentido de la vida y los gobernantes nos absorben las energías mediante castillos en el aire, empresas emprendidas para que nos callemos y vivamos dentro del mundo de la ficción. Hemos olvidado nuestro pasado y nos la trae floja el devenir porque estamos instalados en la inautenticidad del absurdo, pero nos da igual mientras me hagan un auditorio en primera línea de playa.


Yo no tengo dios, en todo caso me encomiendo, como Odiseo, a Hermes, pero por ventajista, a ver si me da la locuacidad necesaria para cuando vaya a comprar el pan.



14 comentarios:

  1. A vueltas con dioses... Como usted no tiene dios y yo tengo uno se lo presto media hora.
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

    ResponderEliminar
  2. Lo absurdo puede cobrar sentido de un momento a otro. El baile también es absurdo cuando no le ponemos música.

    Exageras, Sensei. Yo te veo bien iluminado (en el buen sentido, claro ;)

    Saludos.

    (Y no me creas mucho. A veces digo cosas para convencerme a mí misma)

    ResponderEliminar
  3. Te diría que volvieras al camino, que no al redil, pero eres de los que no necesitan migas de pan para saber dónde grabar la tierra con tus pies. Los caminos del Señor son inescrutables.

    http://www.youtube.com/watch?v=wynYMJwEPH8

    ResponderEliminar
  4. Yo es que últimamente me veo más lírica que épica.

    ResponderEliminar
  5. A ver qué hace hoy el Messias, quizá ahora que d10s no está en el banquillo tenga más libertad en la media punta. El marco es incomparable.
    (¿De veras te cortas con la panadera?).

    ResponderEliminar
  6. Completamente Gilipollas: Pues yo que sé, prestamos de Dioses, es un negocio.

    Blue: Me estoy encontrando entre tanto sinsentido, por lo menos lo intento, jeje.

    J: My sweet Lord, si señor.

    Amor: Yo cada vez me escondo más en la épica.

    Necronomicón: El D10s ya ha marcado, menuda soba se está llevando España. No es que me corte con la panadera sino que me corto con bastante gente pero pedirle a la cara una barra me da cosa.

    ResponderEliminar
  7. Alquien que va escribiendo Eisenstein por los comentarios de blogs ajenos y que referecia a Kafka en una de sus entradas merece... ¿qué merece? Atención. Y un lector, que aquí tienes.

    Sobre el sinsentido vital, yo creo que todo apunta a que lo mejor es no buscarle sentido. Es una trampa racional e intelectual, en la que yo suelo caer muchas veces, por cierto.

    ResponderEliminar
  8. Zabala: Ese comienzo de tu comentario me ha turbado seriamente, pensaba que todo iba a acabar en insultos y amenazas, jajaja. Bienvenido por estos lares señor Azkez. Lo de Eisenstein es explicable porque mi pasión por lo ruso es de tiempo y psicólogo, jeje, lo de Kafka es algo ya más de formación.
    Yo quizá voy por la vida y ya no ando buscando sentido a relaciones, cosas, u otros aspectos de mi vida que antes me podían subyugar demasiado aunque, a veces, sigo cayendo en la trampa y, esto, es demérito mío. Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Mi nuevo amigo Sensei, no es cuestión de preguntarse si Dios existe o no. La pregunta correcta es si hace falta o no. En el mundo de la razón, de los científicos en general y de Hawking en particular, evidentemente, no hace falta. La Isla Misteriosa, por supuesto, no va a llevar la contraria al Sr. Hawking, por supuesto.

    ResponderEliminar
  10. La isla Misteriosa: Yo tampoco le llevaré la contraria a alguien que me rebatiría hasta el por qué me pido un solo mientras me fumo un cigarro, jeje. Con respecto a la pregunta que planteas, estoy de acuerdo, que cada uno se la diga a si mismo y piense. Muchas gracias por el comentario y bienvenido.

    ResponderEliminar
  11. La verdadera trampa es que nos han vendido la "libertad", nos han hecho creer que podemos hacer lo que queramos, que podemos construir ideas nuevas, que podemos decidir por voluntad propia, cuando nos limitamos a repetir lo que otros nos han inculcado y enseñado, lo que hemos visto en la tele, lo que hemos leído en el periódico. Hasta que no seamos conscientes de lo limitados que estamos, la tortilla seguirá cayendo del mismo lado.

    ResponderEliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  13. I like how you write your articles! Thank you.

    ResponderEliminar
  14. Thank you for writing such a wonderful article!

    ResponderEliminar

Un comentario puede hacer que este pobre mujik tome aire y se decida a escribir de nuevo ante el inusitado clamor popular.