Le diré de mí mismo que soy un hijo de mi tiempo, un hijo de la increencia y de la duda, lo he sido hasta ahora e incluso (lo sé) lo seré hasta que me muera. Cuántas penas me ha costado ya mi sed de fe y cuántas me cuesta todavía. Una fe que se vuelve más fuerte en mi alma cuantos más argumentos contra ella encuentro.

Fiodor Dostoievsky

20 noviembre, 2007

GAFAS NAVIDEÑAS

Entramos en épocas de déjà vu, tiempo de repeticiones, horas en las que todo nos parece vivido y vomitado. Ya empezamos a ver en los telediarios aquello del cuelgue de las luces navideñas, lo caro que nos va salir comprar a partir de navidad, aquello de lo tardones que somos a la hora de ir a por los presentes navideños, lo costoso del marisco a partir de cierta fecha, anuncios de colonias empalagosos e infumables intentando relanzar a estrellas tanto de la televisión como del espectáculo... Es navidad en El Corte Inglés.

Cojo ávido, como siempre, de sensaciones fuertes la revistilla del Toys´r´us para ver, como nunca quise hacer de niño, todos los juguetes que se han dignado a ofrecerle a los chavales este año. Mi perplejidad va cada año en aumento, hinchándose como la ilusión del juguete recién abierto pero que con el paso de un solo día se deshincha ante tanta basura inútil.
Cada vez hay más tecnología al servicio de los juegos, cosa que no veo mal, sin embargo creo que podían ahorrarse las casas de juguetes ciertas tonterías que si bien cuestan sobre los cien euros, no llegan ni al céntimo en cuanto a imaginación y diversión prolongada para el niño en cuestión.
Da la impresión de que muchos artículos están dirigidos al primer día de Reyes (últimamente más en boga Papá Noel), al puro espectáculo que pueda causar ante el pequeñajo sin pensar para nada en lo que de vida ha de tener un buen juguete, vida útil y prolongable tanto como el niño quiera.

Si cogen la revista (o alguna otra que también las hay) no verán más que juguetes clásicos mezclados con lo último en tecnología (con el consiguiente aumento en euros). Son éstos últimos los que rayan lo absurdo en ocasiones con propuestas ridículas y totalmente suprimibles. Como muestra un botón: veo en una página a un perro con gafas (!¡) que anda tan bien y tan derechito como el niño que lo lleva sin embargo cuando le quitas las gafas el perro empezará a chocarse con todos los obstáculos con los que se le crucen en el camino. ¿Podría decirme alguien para qué coño sirve esta pedazo de bosta con gafas? ¿Tiene algún fin educativo, motriz, ético o moral?

Así, a vuela vista, vemos más ejemplos pero le dejo que disfruten viendo revistas juguetiles y encuentren más de un sentido a ciertos artilugios allí expuestos...



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5 comentarios:

  1. Las tendencias van cambiando a pasos agigantados y lejos de ser un avance cómo cabría de esperar con la era de las nuevas tecnologías, que nos está saturando más que otra cosa, nos estamos dando de bruces con una realidad un tanto surrealista e incoherente. Estamos dando al traste con las tradiciones y todo por el empeño absurdo de superarnos y es que la imaginación tiene un límite, que si sobrepasa se echa a perder.
    La navidad ya no lleva incluida la magia en el ambiente, esa que respirabamos de pequeños (al menos lo que hemos tenido ese privilegio), ahora se decora con adornos sobrevalorados en euros y se vive con excesos para el bolsillo más que para el estómago. Las panderetas de mueren de polvo y no se te ocurra pedir aguinaldo que en enero no hay ni para pipas.
    Me ha hecho mucha gracia lo del perro con gafas, sinceramente: mejor no buscar una explicación, que en tal caso pueda herir nuestra sensibilidad.
    Así que lo mejor será asumir el reto de sobrevivir y evitar los efectos secundarios copiosos de estas fechas.
    Un saludo, y dicho sea de paso, feliz navidad! Jeje.

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  2. Bueno,el perro es la ostia pero es que hay cada cosas por ahi...Una muñeca que micciona cada vez que se le antoja.¡que divertido,que educativo¡ Menudo "porculo" y engorro para la niña estar cambiando a un muñeco que probablemente la moje en el momento menos pensado.-Luego un padre pone a su hija a cuidar de su hermano unjos dias por cualquier motivo y el vecino dira"uff,que encanto de niña aunque sus padres la tienen explotada en casa"-.
    Claro que con tanta publicidad no me estraña que todo sea asi.Nos estan metiendo por los ojos lo que debe ser una navidad.Esa especie protegida llamada "quebrantabolsillos" disfrazada de paloma de la paz.
    Dicen que una familia gasta de media 800€ mas en navidad...¡y un pimiento¡Si al precio que esta el turron ya te gastas eso en una compra.
    Nada es lo que era y nada sera lo que es.Todo esta cambiando y tal vez seamos nosotros los de la generacion "20tantos" los que ya no sepamos acoplarnos a lo que los tiempos nos deparan.
    Tal vez sean los chicos de ahora los que digan que menudo royo comer y estar en familia que ellos prefieren una buena play3 por navidad le pese lo que le pese al padre que no puede llegar a fin de mes con su bolsillo hecho polvo.Pero claro es que tambien hay que comprar el delicioso marisco y el jamon de bellota.
    Y yo me cisco en el corte ingles.
    ¿por cierto,nadie hecha de menos al calvo de la loteria?
    Por que hay solo ya se te van otros 100€ lo menos con compromisos e historias.
    A mi me gustaba(y por suerte gusto aun) de comer en familia y tocar una buena pandereta con algun villancico subidito de tono.
    :-)

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  3. La Navidad y sus papanoeles gordos son una dictadura odiosa, perversa. Es la evidencia de que no vivimos nuestra vida, sino que nos dan instrucciones sobre cómo vivirla. A fin de año, nos dicen, hay que atascarse con turrón, caminar con cara de idiotas por los shopping centers, reventar de cuotas la tarjeta y en el mejor de los casos, agarrarse una buena borrachera.
    Bueno, me tengo que ir a ver las ofertas de este mes, chau!

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  4. Yo creo que lo peor de todo esto es que esos juguetes, incluso con toda su sofisticación, anulan completamente la creatividad del niño. ¿Qué puede hacer el niño con el perro con gafas? Caminar con él y hacer que se pegue coscorrones contra las esquinas. Punto pelota. Pero en este proceso de "modernización" del juguete no sólo se pierde la creatividad, sino también la interacción social. Los juguetes de hoy día no están hechos para jugar en grupo y unir a los niños, como sucedía antes, sino para que un niño observe absorto todas las cosas que hace el juguete. Poco más. Un ejemplo más de cómo lo que en principio debería aportar ventajas se acaba convirtiendo en un absurdo.

    Saludos,
    Miri

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  5. De acuerdo con todos los que posteais, estamos convirtiendo al niño de hoy día en una persona aislable y aislada, estas casas de juguetes no entienden que, en esencia, un juguete es para compartir buenos momentos, ya no solo sino con los amigos. Amigos.

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Un comentario puede hacer que este pobre mujik tome aire y se decida a escribir de nuevo ante el inusitado clamor popular.