- No sé si he superado todavía todo lo que me ha pasado. Estoy preocupado.
- Eso es normal, al hombre le duele su ignorancia, tienes un afán por conocer a sabiendas de tus limitaciones. Deja las cosas atrás, superar es heredar y añadir, sírvete de eso.
- Ya pensé hace mucho, desde que leí aquello que me dejaste, que no somos la suma de lo que hemos sido sino de lo que anhelamos ser.
- Puede ser, ahí entra la fatalidad del destino, debemos conocer nuestro deseo, ese ansia de poder va unida a la libertad de decisión. Hemos de aprender a interpretar esos deseos y, de alguna manera, refrenarlos -los hielos sonaron huérfanos en la copa.
No dejas de ser alguien que se deja arrastrar por la masa social de la que emanan las costumbres y los tópicos que fluyen en tu interior. La preocupación es ocuparse por anticipado y la despreocupación exhala pavor, el pavor a decidir por ti mismo en un afán por ser como los demás renunciando a la responsabilidad. El ideal del débil, hacer lo que hace todo el mundo es su preocupación por lo que el despreocupado se suplanta a si mismo.
Me alegra tu preocupación.
Diossss! Pero qué facilidad tienes para cambiar el diseño del blog. Me hago cruces en mi ciberburrera.
ResponderEliminarTe han sentado bien las ginebras, je...
Gracias tío, es que el antiguo diseño estaba ya un poco verdoso.
ResponderEliminarPobrecillos hielos. Cómo fue que perdieron a sus padres?
ResponderEliminarAmor: Algunos murieron en mi boca, otros me dieron la potestad y yo respondí matando. ¡SANGREEEEE!
ResponderEliminarQué envidia me dan los primeros hielos. :)
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